domingo, 30 de enero de 2011

¿Ha llegado la revolución francesa a los países árabes?

Aunque la información que nos llega es mucha, la recibimos de periodistas occidentales que observan la realidad con nuestros propios estereotipos. De todos modos, recapitulando los hechos más significativos, se sigue el mismo patrón que la revolución francesa.


El pueblo se levanta harto de carencias contra unos dirigentes insensibles al dolor de las gentes y que se perpetúan en el poder. Parece que el levantamiento lo dirigen y mantienen sectores sociales laicos. Piden elecciones libres y unas condiciones de vida aceptables. A las anteriores coincidencias cabe añadir, a fecha de hoy, algunas diferencias: la revuelta no parece ser tan violenta con las clases dirigentes y entre los mismos revolucionarios. La extensión  de las protestas por varios países y  el modo de actuar similar viene provocado  por la televisión y las redes sociales.
El mero discurrir de la historia del mundo musulmán no puede vivir congelado en el tiempo. Antes o después tendrá que modificar sus parámetros sociales por los estímulos que le llegan de Occidente y por propia dinámica interna como pasó con el mundo cristiano.
¿Será esta la definitiva? Se sofocará y vendrán otras? Recodemos que el mundo cristiano necesitó de la revolución liberal antes de llegar a la democracia y este proceso en algunos espacios europeos tardó más de un siglo. En el contexto actual la historia parece más acelerada y por tanto los pasos le solaparán.


Al final,  seguramente quedará una separación más evidente entre lo religioso, lo político y lo social. Un sistema de representación política parecido al nuestro más o menos democrático y unos dirigentes que sufrirán poca merma en sus privilegios, porque se adaptarán de una situación a otra como los camaleones.
Todo ello llevará seguramente a que la relación entre el Norte y Sur del Mediterráneo sea más amigable y a que la sociedad europea vea con menos recelos a los musulmanes.

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